Los expertos opinan
Luis Sanjoaquín
Thinkinpig S.L.
Primera lactación y segunda cubrición.
Llévame a la sección
Thinkinpig S.L.
Primera lactación y segunda cubrición.
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Durante estos últimos años hemos asistido a un avance genético espectacular, tanto en las cerdas a nivel reproductivo, como en los parámetros productivos de su descendencia. En los esquemas de selección de las empresas de genética un elevado porcentaje de la presión de selección va destinado a los caracteres cárnicos, siendo especialmente importantes los relativos al índice de conversión (IC), ganancia media diaria (GMD) y calidad de la carne.
En ThinkinPig hemos hecho una recopilación de datos mostrando la importancia de los caracteres cárnicos en los esquemas de selección de línea hembra (alrededor del 45%), siendo el resto de caracteres seleccionados más acordes a un aumento del tamaño de camada, mejora de cualidades maternales y aumento del número de lechones destetados.
Esto hace que nuestras cerdas hayan cambiado en los últimos años, y aquellos valores que pedíamos hace años de GMD en las distintas fases de recría, espesor de grasa dorsal (EGD), porcentaje de músculo, edad y peso a la cubrición hayan variado, por lo que estos parámetros en las cerdas en su primer parto se han modificado y es lo que vamos a desarrollar a continuación, siguiendo las indicaciones de las compañías genéticas y de nuestra experiencia.
La revisión de datos de las genéticas más representativas nos marca los siguientes valores de referencia respecto al EGD, peso y edad al parto:
“Esto hace que nuestras cerdas hayan cambiado en los últimos años y aquellos valores que pedíamos hace años de GMD en las distintas fases de recría, espesor de grasa dorsal (EGD), % de músculo, edad y peso a la cubrición hayan variado”
Es importante observar como los pesos recomendados al parto son todos muy similares, existiendo una pequeña desviación entre el grupo de genéticas estudiadas; pero sí que observamos una importante variación en los otros dos parámetros, pudiendo existir hasta 4 mm de diferencia de EGD y de hasta 40-50 días de edad al parto entre las diferentes genéticas.
Todo esto debe ser perfectamente conocido y tenido en cuenta para preparar a nuestras cerdas desde la fase de recría, con el objetivo de llegar al parto en las mejores condiciones. Nuestro trabajo durante este periodo será alcanzar esos valores marcados para que nuestras cerdas manifiesten todo su potencial en su primer parto.
Una referencia es que nuestras cerdas incrementen su peso durante la primera gestación en 35-40 kilos, nunca más de 45-50 kilogramos de ganancia. Durante la primera gestación la cerda primeriza está creciendo, por lo que este incremento de peso se considera normal para conseguir una cerda capaz de afrontar en buenas condiciones su primer parto y su primera lactancia, consiguiendo al destete una cerda en perfectas condiciones. En el resto de gestaciones el aumento de peso durante la gestación es menor y se puede estimar en 15-20 kilos.
Un incremento de peso superior a estas orientaciones es perjudicial, provocando:
La tasa de retención de nuestras cerdas desde los 100 kilos de peso vivo hasta el primer parto debe ser superior al 95%; nunca inferior al 90%.
Es un sistema costoso en tiempo invertido pero que nos aporta mucha información sobre el desarrollo de las cerdas desde su cubrición hasta el parto, y que nos permite saber si cumplimos las recomendaciones y el objetivo propuesto por las casas de genética y por nuestra experiencia.
Podemos relacionar la medición de flanco a flanco por delante de las patas traseras con el peso de la cerda.
A continuación, se adjunta una tabla donde se aprecia esta relación:
FOM
Ecografía
La medida del EGD es objetiva y refleja mejor que la valoración de condición corporal el estado de las reservas corporales; es más costosa en tiempo que la valoración de C.C pero este tiempo no es excesivo una vez que se adquiere práctica y puede servirnos para adecuar curvas de alimentación a nuestras cerdas.
• Siempre debe ser realizado por la misma persona.
• Las cerdas deben estar levantadas en el momento de la medición.
• El punto de medición llamado P2 se encuentra a 6,5 cm de la línea mediana del lomo a la altura de la última costilla y en el caso de las primerizas a 4,5 cm.
• Aplicamos aceite en P2 y colocamos la sonda en este punto. Si la piel de la cerda esta seca se aplica más aceite y se espera hasta que este penetre para realizar la medición.
• Realizamos la medición a ambos lados y obtenemos un valor medio.
El mayor inconveniente es la “subjetividad” de esta medida, además de que sus variaciones no reflejan con exactitud el cambio global de las reservas corporales. Las valoraciones a nivel visual coinciden en un 40-45% de los casos; aunque este porcentaje disminuye en las cerdas primerizas.
Se valoran las cerdas del 1 al 5 desde muy delgada a obesa
1-Cerda muy delgada con la columna visible a simple vista.
2-Cerda delgada con huesos visibles que se detectan fácilmente a la palpación.
3-Cerda ideal, huesos no visibles pero que se detectan a la palpación.
4-Cerda gorda donde los huesos sólo se aprecian si ejercemos una fuerte presión. Contorno cilíndrico.
5-Cerda muy gorda, no se aprecian los huesos a pesar de ejercer presión.
El sistema ideal es la combinación del peso de las cerdas, valoración de la condición corporal y medición de EGD; todo el trabajo realizado en las primerizas es beneficioso para los intereses de la explotación, ya que estamos trabajando con las futuras reproductoras.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
En el punto anterior hemos comentado la importancia del peso, edad y condición corporal de la cerda al primer parto. Una vez conseguido ajustar estos parámetros, en este segundo punto comentaremos la importancia de la alimentación de estas cerdas durante el periodo periparto, considerando tanto el pienso como el agua.
Esta fase es fundamental para conseguir facilitar un buen parto (después explicaremos las ventajas) y que comience la fase de lactación en las mejores condiciones para afrontar este periodo tan importante para la cerda y su camada, siendo todavía más especial y “delicado” para la cerda en su primera lactación.
Hay distintas opiniones sobre la duración de la fase periparto; determinados autores lo definen como el periodo que va de 5-7 días antes del parto hasta 2-3 días después del parto, produciéndose en este periodo grandes cambios en la cerda; para otros autores es el periodo que van desde 10 días antes hasta 10 días después del parto. Estoy más de acuerdo con esta segunda opinión, ya que los cambios más importantes se producen ocurren durante este periodo.
TODOS ellos son influenciados por la alimentación durante el último periodo de gestación y días pre y post-parto, por lo que el pienso en este periodo adquiere una gran importancia.
Además de estos cambios, también se producen otros en el alojamiento de los animales, en la frecuencia y tipo de dieta y el nacimiento de la camada.
Es un periodo corto en el tiempo pero fundamental, ya que las cerdas no comen el suficiente pienso para la producción de leche, es por ello que hay un déficit de energía y lisina. Para minimizar este déficit y asegurar una máxima producción láctea es fundamental asegurar la ingesta de pienso, tan complicado en las cerdas primerizas, ya que su capacidad de ingesta es un 15% menor. Si somos capaces de alcanzar altos niveles de consumo nuestra fertilidad y prolificidad no se verá perjudicada en el siguiente parto, especialmente en las cerdas primerizas, evitando el síndrome de segundo parto.
Si la alimentación no se maneja adecuadamente, puede evitar la expresión del potencial reproductivo de la cerda e incrementar el porcentaje de desecho de las cerdas, eliminándolas de manera prematura.
En la fase de periparto es donde se produce el mayor % de bajas de cerdas, por lo que un manejo correcto de los piensos durante este periodo es fundamental para reducir esta incidencia.
Sabemos perfectamente que una entrada a partos con un nivel de consumo elevado (>4 kilogramos) tiene un impacto negativo sobre el desarrollo de la glándula mamaria, debido a un exceso de deposición grasa, con más partos problemáticos y distocias, así como un mayor % de MMA, mientras que una limitación en el consumo en la entrada a partos (<2 kilogramos) tiene efectos negativos, produciendo cerdas estresadas, hambrientas y nerviosas, con poca energía de la cerda en el momento del parto, aunque depende principalmente de la condición corporal de la misma a la entrada en paridera.
Cools et al., 2014; Decaluwe et al., 2014 concluyeron que un exceso de alimentación (ad libitum) antes del parto reduce crecimiento de lechones en lactancia y su peso al destete, mientras que Almendra et al., 2006 reporto que una alimentación a discreción antes del parto debilita el tono muscular y uterino, dando lugar a un mayor % de distocias.
Este consumo excesivo también puede provocar otro problema, ya que puede darse una producción excesiva de leche que conduce a una congestión de la ubre inmediatamente posterior al parto, siendo en ocasiones los lechones incapaces de “ordeñar” correctamente a la cerda, lo que podría comprometer la producción de leche, como hemos comentado anteriormente.
La ventaja de usar piensos de transición es que se puede incrementar la cantidad de pienso antes del parto sin tener efectos negativos sobre desarrollo mamario y producción de leche, por el contrario este aumento reduce el número de constipaciones y reduce el stress de las cerdas. El objetivo es dar la misma cantidad de energía que comían en gestación el último día antes de pasar a maternidades.
Una manera de evitar estos extremos es trabajar con piensos periparto; cada día es más frecuente observar empresas que trabajan con estos piensos debido a las ventajas que aportan en las cerdas y más en las primerizas, que se enfrenta a su primer parto y primera lactación. Las ventajas de estos piensos son las siguientes:
Destacar que la aparición de estreñimiento en la cerda junto a una reducción del tiempo de tránsito intestinal favorece la formación de endotoxinas y proliferación de bacterias GRAM-negativas. Las endotoxinas disminuyen la producción de prolactina, lo cual implica menor producción de leche y aumenta el riesgo de mastitis.
La aplicación de piensos periparto presenta algún inconveniente en manejo, ya que debemos disponer de una doble línea de pienso para poder aplicarlo en maternidad o disponer de la mano de obra suficiente para su administración.
Si no podemos usar piensos periparto una posible solución (si tenemos alguno de los problemas comentado con anterioridad) es usar pienso de gestación hasta 3 días después del parto o si tiene que ser lactación desde entrada a partos disminuir la ración consumida.
Las características de los piensos periparto son:
Observar como no se reduce la ración, salvo en el día del parto, que si la cerda quiere comer le administraremos pienso; al ser cerdas primerizas no intentamos subir la ración tan pronto como en las cerdas multíparas.
Si no trabajamos con curva periparto el modelo sigue el patron de alimentación en V, reduciendo la alimentación antes del parto para evitar los problemas que hemos comentado con anterioridad.
Hemos hablado de pienso pero el consumo de agua es tan importante como el de pienso. La cerda en el periodo periparto debe beber entre 20-25 litros de agua al día.
Debemos conocer perfectamente las características químicas y microbiológicas del agua; el agua debe ser potable, sin olores ni sabores extraños.
Existe una relación directa entre la ingesta de agua durante los 3 días anteriores al parto y la producción de calostro y entre la ingesta de agua y la ingesta de pienso.
Lo primero que tenemos que hacer es saber si nuestras cerdas primerizas saben beber agua en el sistema de suministro que haya en maternidad, ya que en la mayoría de ocasiones se trata de un sistema diferente al utilizado en gestación.
Después tenemos que saber lo que beben nuestras cerdas y para ello es fundamental disponer de un buen caudal; el caudal mínimo debe ser de 3-4 litros/minuto, siendo valores adecuados 8-10 litros/minuto en cerdas hiperprolificas.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
Como bien es sabido, lo ideal es introducir las cerdas en las jaulas de maternidad entre 5-7 días antes del parto, para disminuir el stress alrededor del parto; esto todavía es más importante en las cerdas primerizas, porque como hemos comentado en el punto anterior, muchas veces los sistemas de alimentación de pienso y agua son diferentes a los empleados en las naves de gestación y por lo tanto es la primera vez que lo usan estas cerdas.
Y este tiempo es fundamental para conseguir la aclimatación de la cerda en la jaula, ya que estamos modificando completamente el comportamiento de la cerda alrededor del parto.
Los patrones normales de comportamiento de la cerda alrededor del parto son los siguientes:
Saco en entrada cerda a maternidad; disminución de stress.
Saco en cerda que ya ha parido.
Existen distintos estudios (Hansen Curtis, 1980), que encontraron que las jaulas de maternidad provocaban una mayor frustración en las cerdas y que durante el parto no descansaban, provocando de esta manera mayor número de lechones aplastados y cerdas que atacaban a su propia camada. Todos estos aspectos se acentúan en las cerdas primerizas. El siguiente trabajo “Animal Health and welfare aspects of different housing and husbandry systems for adult breeding boars, pregnant, farrowing sows and unweaned piglets” del Comité Científico veterinario de la UE, publicado en Octubre 2007, determino que la mortalidad de lechones es la misma para cerdas sueltas al parto que para las cerdas alojadas en jaulas.
Es fácil identificar aquellas cerdas que están especialmente nerviosas al parto, ya que muestran un patrón bastante similar; son cerdas que intentan escapar de la jaula, muerden los barrotes continuamente, orinan frecuentemente, no descansan y están siempre levantándose y acostándose e intentan hacer un nido; un porcentaje alto de estas cerdas son primerizas, por lo que debemos estar especialmente atentos a su comportamiento.
Hoy en día se habla del sistema de “Loose sows”, cerdas sueltas; en principio este sistema mantiene a las cerdas alojadas en jaulas en los primeros días post-parto, permitiendo un movimiento de la cerda pasados los días que se consideran con mayor riesgo, para que la cerda no aplaste lechones; de esta manera la cerda permanece en jaula hasta el 3-4 día post-parto o puede permanecer libre desde el momento que entra en la plaza de maternidad; existen las dos variantes siendo la más común la primera que he comentado.
Jaula con balancín abierta.
Cerda cerrada en jaula de parto.
Lo que nosotros tenemos que conseguir, al ser una realidad que limitamos el comportamiento natural de la cerda alrededor del parto, es disminuir los niveles de stress, para lo cual podemos llevar a cabo las siguientes acciones:
CERDA
LECHONES
No debe sobrepasar el 80%.
Otro factor a controlar para disminuir el stress en las cerdas es la ventilación; ya que no sólo afecta a la temperatura sino también a la humedad del aire, a la presencia de partículas de polvo y al nivel de gases nocivos presentes en la maternidad.
La ventilación por cerda y camada será en invierno de 30-35 metros cúbicos por hora y de 120-140 en verano.
Si controlamos estos factores seremos capaces de llegar al parto con mejores garantías, evitando las situaciones de stress tan dañinas en las producciones, en especial en las cerdas primerizas.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
El parto es un momento fundamental donde tenemos que atender a las cerdas, en especial a las primerizas, ya que supone un stress para ellas; de esta atención reduciremos el número de nacidos muertos, evitaremos episodios de canibalismo y bajas de lechones aplastados y mejoraremos el consumo de calostro en las primeras 24 horas de vida, mejorando la transferencia de inmunidad de la cerda al lechón.
Después de una gestación media de 115 días se produce el parto; en cerdas y primerizas individualmente ocurre entre 113 y 118 días.
Existen determinados factores, entre los cuales está la genética y el manejo, que pueden influenciar la duración de la gestación.
Para que se produzca el nacimiento de los lechones, el cérvix de la cerda debe estar dilatado para permitir su paso. Estos procesos están controlados por diversas hormonas que varían sus niveles en los momentos previos al parto.
El conocimiento de las hormonas que participan en el proceso del parto puede ayudar a reducir su duración y disminuir el número de nacidos muertos, ya que como se indico en el punto 2, una duración del parto superior a 5 horas aumenta considerablemente el % de nacidos muertos. Una duración lógica de parto oscila entre las dos y tres horas. Es por ello que unos conocimientos básicos sobre la fisiología del parto, y como influir en él, puede ser de gran ayuda para el objetivo de reducir el número de nacidos muertos.
El comienzo del parto se debe a la maduración de los fetos, que producen corticoides, los cuales favorecen la liberación de prostaglandinas, las cuales se trasportan del útero al ovario, parando la producción de progesterona y aumentando la liberación de relaxina, hormona encargada de la dilatación del cérvix. Al mismo tiempo la prostaglandina provoca la liberación de oxitocina en el torrente sanguíneo, causando contracciones de la musculatura de las glándulas mamarias (bajada de leche) y favoreciendo las contracciones del útero (expulsión de los lechones).
Los lechones al estimular la mama aumentan los niveles de oxitocina, provocando mayores contracciones en la cerda; recordar que este efecto también puede ser ejercido por nosotros masajeando las mamas de las cerdas.
Si sincronizamos partos con prostaglandinas, podemos atenderlos correctamente en horario laboral, como ThinkinPig y MSD Animal Health demostraron en 2016 en cerdas hiperprolíficas, reduciendo en 1,4 los lechones nacidos muertos.
La oxitocina también es ampliamente utilizada en el momento del parto, aunque nunca debe ser administrada antes de que la cerda esté preparada para el parto. Una de las recomendaciones comúnmente usada es no usarla nunca antes de que haya nacido al menos un lechón; mi recomendación es que si el parto se está produciendo correctamente, no tenemos porque usar esta hormona. Antes de inyectar oxitocina, recomendamos inspeccionar el canal del parto para palpar si existe alguna obstrucción o falta dilatación; en este caso usaremos clorhidrato de vetrabutina actuando como dilatador uterino y regulando el ritmo de las contracciones uterinas no coordinadas.
Cuidado con el abuso de dosis de oxitocina, ya que puede tener consecuencias nefastas sobre la cerda y los lechones (las dosis recomendadas son 10-20 UI equivalentes a 1-2 ml, si la aplicación es por vía intramuscular).
El intervalo medio entre lechón y lechón es de 20´; aunque es verdad que el tiempo de actuación en los primeros lechones es mayor (alrededor de una hora), mientras que el tiempo de actuación se acorta en los últimos lechones a 30´ (más de 12 lechones). Tiempos de expulsión superiores aumentan el porcentaje de nacidos muertos.
Una asistencia al parto es necesaria para conseguir nuestros objetivos; además de las hormonas mencionadas como oxitocina y clohidrato de vetrabutina, disponemos de otra herramienta que es la ayuda manual, que puede ser de gran ayuda si se realiza correctamente y con los cuidados necesarios.
Limpiamos la vulva de la cerda y con un guante bien lubricado introducimos primero los dedos para ir poco a poco introduciendo la mano derecha o izquierda según la posición sobre la que este tumbada la cerda. Una vez alcanzado el lechón, conocer en que posición viene para extraerlo correctamente sin ejercer grandes presiones y sin producir heridas en la cerda.
Un sistema de control de la duración del parto y del tiempo entre los lechones, para ver si es necesario actuar sobre las cerdas o no, son los relojes de control de parto.
Muchos signos externos son observados en la cerda en el momento previo al parto:
Una vez comenzado el proceso del parto, las contracciones musculares llevan los lechones desde el útero a la vulva pasando por un cérvix, que tiene que estar dilatado. Los espasmos y movimientos de la cola de la cerda nos indican cuando los lechones están a punto de salir al exterior.
La mayoría de los lechones salen al exterior y todavía están conectados por el cordon umbilical a la madre, lo cual sirve de ayuda a la supervivencia, ya que el lechón continua teniendo un aporte de oxígeno. Si tenemos que reanimar lechones por falta de oxígeno (hipoxia), que en la mayoría de casos puede estar relacionado con roturas de cordon umbilical, se detalla el procedimiento:
Primero comprobaremos el latido del corazón, para proceder posteriormente a retirar moco de la nariz y boca; sujetamos por los hombros y balanceamos para sacar el moco de los pulmones; por último presionaremos nariz y lengua para provocar un estornudo.
Los lechones que nacen antes tienen mayores posibilidades de encalostrarse correctamente, como se muestra en esta tabla del Danish Pig Research Center (Flemming Thorup):
Además tienen menos posibilidades de nacer muertos, ya que la falta de oxígeno afecta más a los últimos lechones en nacer.
Recordar que un 40% de las pérdidas (aproximadamente) se producen de esta manera, son lechones que mueren durante el parto, no antes, y se considera que un 25% de ellos podrían ser salvados con una perfecta atención al parto.
Gráfico donde se muestra el % de mortalidad en función del número de lechón al parto; se observa perfectamente como el mayor número de nacidos muertos se producen en la segunda parte del parto (Danish Pig Research Center).
Al final del parto se produce la expulsión de la placenta; no suelen existir problemas, pero un fallo en la expulsión podría provocar importantes consecuencias negativas en la cerda (fallos en lactación, en posterior cubrición e incluso muerte de la cerda). La placenta se elimina después del parto o varias horas después.
Para conseguir un parto correcto tenemos que haber trabajado, como hemos comentado en otros puntos, llevando a las cerdas en una condición corporal perfecta al parto, evitar estreñimiento alrededor del parto y proveer a la cerda de agua en cantidad y calidad óptimas, así como trabajar en un ambiente tranquilo que no interrumpa a las cerdas durante el parto, ya que esto aumentaría su duración, incrementando el número de nacidos muertos.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
El calostro es el primer alimento ingerido por el lechón; es la secreción mamaria producida desde el parto hasta las 24 horas post-parto. Como se observa en la gráfica, su composición cambia de manera importante en el trascurso de este corto periodo de tiempo, distinguiéndose entre calostro temprano (0 horas), calostro medio (12 horas) y calostro tardío (hasta las 24 horas post-parto).
La producción media se calcula en 3,6 litros (variación entre 1,9-5,6 litros). A partir de las 24 horas la cerda produce leche, siendo muy distinta su composición.
Las funciones del calostro son múltiples y esenciales para la supervivencia del lechón, destacando especialmente las siguientes:
Debido a la “impermeabilidad” de la placenta, los lechones nacen sin inmunidad previa, por lo que necesitan adquirir la inmunidad pasiva de la madre durante las primeras 24 horas. Cuanto más altos sean los niveles de inmunidad pasiva conseguidos a las 24 horas de vida, los lechones desarrollan mayores niveles de inmunidad propia (activa) en el periodo de destete. Con ello destacamos que el calostro no es sólo importante en la fase de maternidad para reducir el número de bajas en este periodo, si no que es importantísimo para toda la vida del cerdo.
El calostro temprano tiene más valor que el medio y tardío a nivel inmunológico, por ello es esencial el encalostramiento de los lechones lo antes posible; tanto por las características del calostro como por la fisiología del lechón, ya que a las 24-36 horas se produce el denominado “cierre del intestino”, que consiste en la maduración del intestino del lechón impidiendo la absorción de inmunoglobulinas.
Las principales inmunoglobulinas presentes en el calostro y la leche son:
Siempre comentamos que el lechón debe ser encalostrado con su propia madre, y aunque a nivel energético existen diferencias en la calidad de calostro, nos referimos al aspecto inmunitario, ya que el proceso de absorción celular se restringe a las células calostrales de la propia madre. Por el contrario, las inmunoglobulinas del calostro sí que atraviesan el epitelio intestinal, pudiéndose aprovechar de otras cerdas e incluso de animales de otra especie (como el vacuno).
Se caracteriza por una alta disponibilidad y digestibilidad (93-95%).
El calostro tardío es superior energéticamente al calostro temprano y medio.
Su consumo es esencial, ya que el lechón nace con escasas reservas y si no consume calostro de manera rápida se agotan, entrando en fase de hipotermia e hipoglucemia, aumentando la mortalidad predestete, así como la aparición de patologías.
Posee IGF, insulina, EGF, TGFb. Actualmente se están desarrollando nuevos estudios para incrementar el crecimiento de los lechones con bajo peso al nacer aportando estos factores.
Estos factores del crecimiento son esenciales para el desarrollo de órganos vitales (cerebro, corazón, páncreas, hígado, riñones e intestino).
Uno de los problemas actuales con las cerdas hiperprolíficas es que estás cerdas producen más calostro cuando el tamaño de camada aumenta, pero este aumento es insuficiente para las necesidades de cada lechón extra a partir de los 14 nacidos vivos (Devillers et al., 2007; Quesnel, 2011). Las necesidades del lechón están calculadas en 172 gramos de calostro por kilo de peso vivo.
Sabemos que para asegurar al menos una supervivencia del 90% de la camada, el lechón debe consumir 200 gramos de calostro; con consumos inferiores a 100 gramos la supervivencia se mueve alrededor del 40%.
THINKINPIG realizó durante 2016-2017 un estudio importante sobre producción de calostro y su heredabilidad, y entre otras conclusiones hemos obtenido una producción media de 4 litros de calostro por cerda, siendo la producción menor en las cerdas de primer parto y en las cerdas de mayor número de partos, con una mayor producción en los ciclos 2º a 5º.
A su vez, la producción de calostro es menor en las cerdas con mayor número de nacidos muertos y lechones momificados, por lo que la sanidad y la atención al parto son cruciales para tener una elevada cantidad y calidad de calostro disponible para los lechones.
Estos deben tener la mayor vitalidad posible, ya que por un lado está la producción de calostro, y por otro la capacidad de ingesta de los lechones. Cuidado con lechones con retraso intrauterino, ya que su vitalidad es inferior a los lechones “normales” y su consumo de calostro es limitado.
Hales,Amdi 2014 (imagen Kees Scheepens)
En este estudio, junto con los datos obtenidos en otras dos explotaciones de cerdas hiperprolíficas, hemos constatado que casi un 13% de los lechones pierden peso en las primeras 24 horas, lo que nos indica un déficit de encalostramiento y una mayor mortalidad debida a hipotermia e hipoglucemia. En este caso la función energética e inmunitaria se encuentra limitada, además de tener una mayor presencia de diarreas neonatales, debido al cierre incompleto del intestino por un inadecuado consumo de calostro en las primeras 24 horas de vida. Otra de las importantes consecuencias de un mal encalostramiento es un mayor número de aplastados, conviertiéndose en la principal causa de mortalidad predestete.
Lechón con consumo adecuado de calostro y mantenimiento de temperatura corporal.
Lechón con pérdida de temperatura; consumo inadecuado de calostro. Mayores posibilidades de morir por hipotermia, hipoglucemia, aplastamiento, diarreas neonatales…
Por lo tanto en cerdas primerizas, cuyo peso medio a la camada es el más bajo de todos los ciclos, con cerdas con menor desarrollo inmunitario por una menor exposición a agentes de la granja y a la inmunidad desarrollada por las vacunas, debemos prestar especial atención al encalostramiento de sus lechones y siempre deben permanecer al menos 12 horas con su propia madre.
Siempre que tengamos más lechones que mamas funcionales, trabajaremos con encalostramiento secuencial o “split-nursing; esta técnica consiste en separar aquellos lechones de mayor tamaño durante un tiempo prudencial de 1 hora y media-2 horas, permitiendo a los más pequeños un acceso más sencillo a las mamas, con el objetivo de alcanzar los 200 gramos de calostro que nos aseguran una mayor supervivencia; lo repetiremos tantas veces como sea posible para homogeneizar consumos de calostro.
Existen multitud de factores comentados que tienen influencia sobre la cantidad de calostro:
La atención al parto en las primeras 24 horas, asegurándonos un buen encalostramiento, es fundamental para un buen desarrollo de nuestros animales en las fases posteriores.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
Una vez que los lechones se han encalostrado perfectamente (nunca mover antes de las 12 horas, recordando que parte de la inmunidad calostral sólo es absorbida de la propia madre), tienen que ser reubicados bien por cantidad (exceso o defecto en el número de la camada) o bien por calidad (intentamos igualar en función del tamaño y peso de los lechones).
Nuestro principal objetivo en maternidad es mover los mínimos lechones, cumpliendo de esta manera un doble objetivo:
Antes de realizar las adopciones y de poner el número de lechones que nosotros consideremos apropiado, es necesario observar a las cerdas; es cuestión de segundos y puede ahorrar mucho tiempo de cambios posteriores y de posibles lechones atrasados. Invertir unos pocos segundos en observar calidad de las glándulas mamarias, estado de la cerda tras el parto, posibles cojeras, cerdas sin consumo de pienso, cerdas con descargas vulvares abundantes, etc. Cualquier incidencia observada es importante para evitar errores y subsanarlos desde un principio, porque aunque podamos rectificar y realizar camadas de atrasados ya no obtendremos los mismos resultados ni mucho menos el mismo peso al destete.
En la situación actual de hiperprolificidad, definiendo la cerda hiperprolífica como aquella que pare más de 15 lechones totales y a nivel práctico aquella que nos obliga a realizar movimientos de lechones desde el mismo momento que termina el encalostramiento, ya que tiene más lechones que mamas funcionales, y recordando que uno de nuestros objetivos es limitar los movimientos; nos vemos casi obligados a realizar más movimientos con estas genéticas de los que realizábamos anteriormente
Esto es debido a que el tamaño de la camada y la variabilidad de los lechones son mayores, como comentamos con datos en puntos anteriores.
Los objetivos principales de las adopciones son:
Los cambios que realizamos al parto persiguen estos objetivos; homogeneizar las camadas al parto (limitando los movimientos innecesarios) y de esta manera homogeneizar los pesos al destete.
Por eso ponemos a las cerdas el número de lechones que consideramos oportuno, normalmente dejando a las cerdas jóvenes el mismo número de lechones que mamas funcionales para favorecer el desarrollo mamario de las cerdas primerizas en los siguientes partos. En un estudio realizado por el Agriculture and Agri-Food Canada,Dairy and Swine R&D Centre se demostró como las mamas no usadas en el primer parto tenían menor producción lechera en el segundo parto que las que si se habían usado y desarrollado correctamente.
Es por ello que recomiendo poner los lechones más pequeños en cerdas de 2º-3 parto, con un buen carácter maternal y buena calidad mamaria, que han recibido un estímulo anterior por lechones grandes en el primer parto y que producen más leche que las cerdas primerizas, intentando de esta manera igualar en la medida de lo posible los pesos al destete, factor fundamental para las empresas para facilitar manejo de lotes en las distintas y posteriores fases productivas del lechón; ya que uno de los problemas a los que nos enfrentamos con la hiperprolificidad es la dispersión de pesos al destete y sus posteriores manejos.
Determinados estudios muestran que los cerdos que se cambian “sólo” necesitan entre 1 y 12 minutos para acceder a su glándula mamaria (Michigan State University Swine Research Center).
Nos encontramos con la situación especial que los lechones de cerdas primerizas son los que peor se inmunizan en cantidad y calidad; cuidado con un excesivo movimiento de estos lechones, aunque como he comentado pondremos a estas cerdas los lechones grandes para el desarrollo de las glándulas mamarias; pero si sus lechones son de un buen tamaño sería una muy buena opción que permanecieran con su propia madre.
Sistemas de adopciones hay muchos y nos tenemos que basar en nuestra experiencia y en el buen saber hacer de nuestros ganaderos para ver cual se adapta mejor a cada explotación; a continuación os nombro varios sistemas que en parte dependerá del número de nacidos vivos que nos encontremos pasadas 12-24 horas post-parto:
A/Igualar todas cerdas con el mismo número de lechones independientemente del ciclo.
A.1/Todas cerdas a 15 lechones.
A.2/Todas cerdas a 14 lechones.
A.3/Si no tenemos tanto lechón pondremos menos pero todas con el mismo número.
B/Igualar las cerdas jóvenes (1º,2º,3º y 4º parto) con un mayor número de lechones que las cerdas de más de 5 partos.
Si queremos cargar cerdas jóvenes para el desarrollo mamario de partos posteriores y no tenemos suficientes lechones, podemos enviar a matadero cerdas que ya se iban a eliminar después de esta lactación, y pasadas 24 horas del parto usamos sus lechones para “cargar” a las cerdas jóvenes. De esta manera generamos un hueco libre (importante en el manejo de nodrizas como comentaremos en el próximo punto), evitamos el consumo de pienso de esa cerda (que si o si iba a ir a matadero tras la lactación) y favorecemos el desarrollo mamario de las cerdas jóvenes.
Al cargar las cerdas jóvenes con tantos lechones como mamas nos tenemos que asegurar un perfecto consumo de pienso en la fase de lactación, tema que será tratado en un punto posterior.
Una vez igualados los lechones al parto se nos pueden presentar nuevas adopciones de lechones por las siguientes situaciones, que serán recibidos por cerdas nodrizas:
Estos serán tratados en el próximo punto “Uso de Nodrizas”. A su vez parte de estos manejos vendrán determinados por el manejo en bandas con los que trabajemos en las explotaciones, determinando en gran medida los cambios a realizar.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
Este es uno de los puntos donde igual estamos observando más diferencia en el aspecto práctico en la granja ya que las cerdas hiperprolíficas nos generan un exceso de lechones que tenemos que reubicar una vez que han sido perfectamente encalostrados.
Lo primero me gustaría definir que es una cerda nodriza; es aquella cerda que recibe lechones de otras cerdas para llevar a cabo su lactancia.
La cerda a elegir como nodriza debe cumplir los siguientes requisitos:
La necesidad de nodrizas se puede deber a:
Al igual que comentábamos en el punto de las adopciones, lo ideal es realizar el menor número de nodrizas posibles, debido a que nuestro objetivo es que las cerdas desteten la mayor cantidad de lechones, siendo esté punto importante económicamente hablando como comentaré más adelante.
Una vez determinado que tenemos que realizar nodrizas es fundamental elegir un sistema para optimizar este proceso.
Para conocer que nuestros lechones tienen entre 12-24 horas es muy recomendable monitorizar los partos; nos dará una idea real del tiempo pasado tras el nacimiento de la camada y servirá para asegurar un mejor encalostramiento (en las 12 primeras horas de vida el lechón ingiere el 80% del calostro).
ThinkinPig realizo un importante estudio sobre el impacto económico de los manejos en maternidad, donde se valoró la influencia de los manejos en partos sobre el coste de producción de los animales hasta llegar a matadero. Este estudio nos demostró que todos los cerdos que movemos a nodrizas sin permanecer en su propia madre (tras los encalostramientos) suponen un coste extra a los que si permanecen en su propia madre; de ahí la reiteración en que el mayor número de lechones permanezcan con su propia madre y reduzcamos el número de nodrizas.
En este estudio comparamos los cuatro manejos que cito a continuación y donde intento exponer de manera resumida sus pros y sus contras:
Es el manejo que realizamos comúnmente en la explotación, poniendo 14 lechones a todas las cerdas.
En nuestro estudio pusimos 1 lechón más por cerda (15 lechones por cerda) reduciendo de esta manera el número de nodrizas. En matadero fue el manejo más económico ya que el rendimiento de estos animales en fase de transición y engorde fue superior. Como inconveniente podría destacar que el uso de estos productos conlleva una limpieza que debemos realizar meticulosamente para evitar problemas posteriores.
Es uno de los manejos que usamos de realización de nodrizas. Los lechones sobrantes son movidos hacia delante (a cerdas y salas con más días de lactación); los cambios realizados vendrán determinados por las bandas presentes en la maternidad. Su ventaja es que destetamos un mayor número de lechones por cerda y año, ya que las cerdas nodrizas destetan dos camadas en el mismo periodo de lactación, comiendo la misma cantidad de pienso y no perdiendo ciclos/cerda/año, pero presentando como inconveniente que reducimos la edad de los lechones al destete. En nuestro estudio este manejo influye negativamente en los costes de estos animales en matadero.
Este manejo se realiza normalmente en dos o tres pasos, dependiendo de la edad al destete.
Lo normal sería que los lechones perfectamente encalostrados fueran a una cerda de 3-4 días de lactación; estos a una de 10-12 días y estos a su vez a una de 20 días de lactación, siendo esta última camada de 20 días destetada en este momento
Es el otro manejo usado para la realización de nodrizas. En lugar de mover lechones hacia delante las cerdas de más días de lactación son bajadas a la sala donde tenemos los lechones sobrantes, en huecos que previamente hemos calculado en función del número de nodrizas que se realizan habitualmente (10-15%). Su ventaja principal (reflejada en el estudio económico frente a las subidas de camada) es que al no disminuir la edad al destete, destetamos un lechón de calidad con mejores rendimientos técnicos y económicos hasta matadero, mientras que como desventajas podemos señalar el aumento de duración de lactación y disminución de partos/cerda/año en las cerdas nodrizas, aumento de consumo de pienso de lactación y el tener que dejar huecos vacios en maternidad para mover estas cerdas.
El manejo, al igual que en las subidas de camada, vendrá determinado en 2-3 pasos y se realiza al igual que en las subidas, pero lo que se mueve en este caso son las cerdas; así los lechones sobrantes del encalostramiento reciben en la sala de partos una cerda de 3-4 días de lactación; los lechones de 3-4 días reciben en su plaza de maternidad una cerda de 10-12 días y estos lechones a su vez una cerda de 20 días de lactación cuya camada será destetada, siendo esta la única que verá reducida su edad al destete.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
Estamos ante uno de los momentos cruciales en el desarrollo de la cerda primeriza, ya que de su consumo en lactación dependerá el rendimiento de la cerda y su camada en esta primera lactación, así como el rendimiento en gestaciones posteriores.
La lactación es la fase del ciclo reproductivo de la cerda que más demanda produce; los requerimientos energéticos y de nutrientes para apoyar la lactación exceden por mucho los requeridos en otras fases productivas (NRC, 2012).
Las cerdas primerizas son las que más sufren el parto debido a que todavía están creciendo y su capacidad de consumo es limitada e inferior a las cerdas multíparas (se estima alrededor de 1 kilogramos menos/día); además como hemos comentado en apartados anteriores les exigimos mucho en la primera lactación “dejándoles” muchos lechones para favorecer el desarrollo mamario en este primer parto favoreciendo la producción láctea en partos posteriores.
Para evitar problemas en este periodo recordar las recomendaciones de EGD, músculo, peso y edad al primer parto para las distintas genéticas sabiendo que nuestro objetivo es que las cerdas no pierdan más del 10% de su peso corporal ni disminuir más de 3mm de EGD durante la fase de lactación.
Un error en el consumo y en el desarrollo de lactación desemboca en una pérdida excesiva de EGD y músculo, que a su vez deriva en altos intervalos IDC, IDCF y peores tasas de fertilidad y prolificidad, así como mayores porcentajes de eliminación aumentando las tasas de reposición de la granja. Foxcroft et al. (2005) determinan que uno de los indicadores claves de la productividad es no superar el 50% de reposición anual.
Factores como genética, sanidad, manejo y bienestar entre otros tienen influencia en la composición y producción de calostro y leche; uno de estos factores es el consumo de pienso en este periodo (Eliasson & Isberg, 2011), por lo que lo ideal sería hacer una nutrición de precisión adaptándonos al tamaño de la cerda y al de la camada.
Dentro de los piensos aportados a las cerdas debemos considerar varios nutrientes:
Lo ideal sería que tuviéramos en nuestra granja curvas de consumo de primerizas; que supiéramos lo que comen nuestras cerdas en especial en este ciclo tan importante; de esta manera ajustaríamos el consumo sabiendo que tenemos que intentar que las cerdas coman todo lo que puedan tan pronto como sea posible, manteniendo después este consumo dando varias veces al día.
Para ello el comedero debe estar siempre limpio; si hay algo de agua para que la cerda coma en “mojado”, lo cual incentiva los consumos. Recordar que la higiene del comedero es fundamental antes de cada nueva comida y se debe retirar el pienso no consumido.
Siempre hablamos de consumos de pienso pero un tema fundamental y de vital importancia es el agua (la leche está compuesta en un 80% por agua). Recordar que la cerda primeriza, aunque su producción láctea es menor que las cerdas multíparas, tiene que beber entre 30-40 litros de agua para producir 12-14 litros de leche/día, ya que a día de hoy, estamos trabajando con GMD de las camadas de 3 kilos/día. Para ello la cantidad y calidad del agua debe ser perfecta, estimándose flujos mínimos de 4-6 litros de agua/minuto.
Intentar controlar las condiciones ambientales para no perjudicar el consumo de la cerda.
Un exceso de temperatura en la sala de maternidad deprime el consumo de pienso de la cerda y la producción de leche.
Los factores que afectan al consumo de pienso de la cerda primeriza en maternidad son:
Esta sería una posible curva de lactación de cerdas primerizas; pero recordar que es el ciclo de cerda más complicado de alimentar en maternidad y que se debe prestar especial atención al consumo de pienso, a la limpieza o no del comedero para programa subida de pienso para el día posterior, al consumo de agua, a las condiciones ambientales y al estado corporal de la entrada y salida de las cerdas en maternidad.
El objetivo es alcanzar lo antes posible el máximo de ingestión de pienso evitando siempre paradas o incluso descensos bruscos.
Hoy en día existen sistemas en el mercado que se adaptan de manera óptima al consumo de la cerda favoreciéndolo; permiten una alimentación individualizada y regulada por un ordenador y reguladores electrónicos individuales. Creo que estos sistemas están presentes en pocas granjas a día de hoy, pero se acabarán imponiendo.
El problema actual en la alimentación de la cerda primeriza es que son cerdas que todavía están creciendo, tienen una menor capacidad de ingestión y una menor cantidad de reservas al parto, lo cual si no son alimentadas correctamente puede conducir a una mayor tasa de eliminación de cerdas y además comprometer de manera importante su futuro reproductivo.
Esto daría principalmente a una menor producción en el segundo ciclo, lo que denominamos “síndrome de la segunda camada”, ya que la cerda si no come perfectamente está durante muchos días del periodo de lactación en fase de catabolismo y nos interesa que entre tan pronto como sea posible en fase de anabolismo para prepararla perfectamente para su segunda gestación.
Texto e imágenes cedidas por el autor.
Uno de los aspectos más importantes es la productividad de nuestras granjas. En cuanto a valor numérico influyen dos aspectos fundamentales: el número de ciclos/cerda/año y el número de lechones destetados por ciclo.
Si reducimos la duración de la lactación, aumentamos el número de ciclos/cerda/año; pero, ¿estamos aumentando con ello la productividad numérica de nuestras granjas?
A continuación os muestro resultados de la prolificidad en el segundo ciclo en función de la duración de la primera lactación:
Se observa claramente como a partir de 23-24 días de duración en la primera lactación aumenta claramente la prolificidad al segundo parto.
Lactaciones de 28 días aumentan un 3% la tasa de partos y 0,6 lechones/parto, según un estudio de Gaustad-Aas et al. en 2004.
Es por ello que una de las recomendaciones sería que cada empresa conociera estos datos en sus cerdas primerizas, y en cada genética en particular, de manera que en determinados casos pudiéramos adaptar en la medida de lo posible la duración de la lactación al primer parto aumentando con ello la prolificidad en los partos posteriores. También podríamos aumentar este periodo incluso destetando la cerda usando altrenogest parando la salida en celo de la cerda primeriza y recuperandola tras el periodo de lactación; este procedimiento siempre será mejor que dejar saltar un celo, ya que no empleamos tantos días no productivos y de esta manera podemos aumentar la supervivencia embrionaria al igual que si dejáramos saltar un celo (Koutsotheodoros y cols.1998, Patterson y cols. 2008).
En principio una de las posibles razones para entender este aumento de prolificidad podría ser que al aumentar la duración de lactación aumenta el periodo de anabolismo en el cual la cerda entra en un estado energético positivo; en destetes precoces la fase de catabolismo es superior lo cual influye negativamente en la prolificidad al segundo parto.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es la involución uterina; duraciones de lactación cortas no tienen efecto sobre la ovulación o fertilización de los óvulos, pero si que existe efecto sobre la supervivencia de embriones en etapas tempranas de la gestación; se calcula que en lactaciones inferiores a 19 días existe un 15% de pérdidas embrionarias a los 30 días de gestación cuando se compara con cerdas con lactaciones superiores a 19 días.
Estos efectos son más marcados en las cerdas primerizas, lo cual concuerda con los datos mostrados; además cuando vemos que una cerda primeriza pierde exceso de condición corporal tendemos a destetarla de manera precoz. Por ello todos los puntos comentados anteriores adquieren gran importancia (condición corporal a la entrada partos, enseñar acceso a comederos y bebederos, uso de pienso periparto, curva de alimentación correcta,..).
Un déficit en consumo de pienso provoca una pérdida de peso y una movilización excesiva de músculo y grasa lo que se traduce en un mayor intervalo destete-cubrición, un mayor intervalo destete-cubrición fértil, una menor tasa de ovulación y una mayor mortalidad embrionaria (al igual que en lactaciones cortas); este efecto se cree que se debe a una menor secreción de LH en el periodo de lactación e inmediatamente después del destete; Willis et al., 2003, encontraron menos pulsos de LH pre y post-destete en cerdas destetadas a 14 días frente a lactaciones de 24 días.
El mayor inconveniente de un exceso de movilización de proteína en la lactación radica en el rendimiento reproductivo y productivo de la cerda en los siguientes ciclos; con las genéticas actuales un déficit de consumo no implica una caída drástica de la calidad de la camada pero si en un peor comportamiento de la cerda, lo cual viene ligado a un mayor porcentaje de desecho, principalmente de cerdas primerizas y de segundo parto, la base para establecer una correcta estructura censal que a su vez determinará un porcentaje de reposición correcto lo que se traduce en una mejor inmunidad en nuestras granjas; si recordais uno de los pilares importantes de las granjas es no intentar exceder el 50% de reposición.
Una estructura censal correcta viene determinada por el trabajo que realicemos con las cerdas nulíparas durante su desarrollo y en su primer parto alcanzando todo su potencial reproductivo evitando la eliminación de las cerdas de una manera precipitada. Recordar que una de las principales causas de eliminación de cerdas es por trastornos reproductivos y es aquí donde el mayor porcentaje suele corresponder a cerdas nulíparas y de primer parto y donde en algunos de los casos la duración de la lactación podría llegar a estar relacionada.
En el punto número 1 tratamos la condición corporal de las cerdas primerizas en la entrada a partos; para evitar los problemas que acabamos de tratar (fallos reproductivos, tamaños de camada corta, síndrome de segunda camada,..) el consumo de pienso en el periodo de lactación es fundamental y nos tenemos que marcar los siguientes objetivos para no perjudicar en exceso la condición corporal de la cerda primeriza al destete y más si trabajamos con lactaciones de 28 días:
Varley et al. (1982) concluyeron que las cerdas destetadas con 21 días presentan un IDC de 7 días y las cerdas con lactaciones de 10 días tardaron entre 8-16 días desde el destete hasta la salida en celo.
Con todos estos datos la recomendación es que cada granja en función de la genética con la que trabaje conozca la prolificidad al segundo parto en función de la duración de la primera lactación y una vez analizados e interpretados tome decisiones que puedan aumentar la productividad.
Texto e imágenes cedidas por el autor.